¿Cómo afecta beber agua durante las comidas?

Según un principio de química, cuando un ácido entra en contacto con el agua, se disocia (se rompe), produciendo gran cantidad de energía que se va a liberar en forma de calor, lo que va a aumentar la temperatura del ácido, y puede hacer que parte de éste pueda evaporarse en forma de gas, produciendo con el tiempo, sensación de quemazón, ardor, reflujo, gases, mal aliento, etc.

Por tanto, al beber agua, vamos  a “eliminar” esa cantidad de ácido que es necesario para la digestión así como también parte de las enzimas que la boca libera y que son muy necesarias para comenzar la digestión (SÍ, LA DIGESTIÓN COMIENZA EN LA BOCA), haciendo entonces que el estómago necesite liberar más cantidad de ácido para poder romper aquellos trozos de alimentos que no hayan sido digeridos en un primer momento, con lo que: hacemos trabajar más al estómago, gastamos más energía en el proceso de digestión que debería usarse para otros procesos importantes y además podemos producir con el tiempo una hiperclorhídria, es decir, una salida excesiva de ácido en el estómago, con los efectos secundarios que puede acarrear y de los cuales hablaremos en otro post.