¿A quién afecta la gastritis?
Entre un 60 y un 70% de las personas mayores de 40 años padecen gastritis en España y un 76,4% son mujeres. Y aunque la gastritis es una patología con buen pronóstico, las estadísticas nos dicen que las personas que se encuentran en tratamiento médico para tratar su gastritis, sólo un 27,3% se encuentra mejor, un 27,3% ni mejor ni peor y un 45,5% peor. Esto nos indica que la gastritis es una patología que padece un amplio sector de la población, que tiene mayor prevalencia en mujeres y que los tratamientos convencionales no siempre alivian la sintomatología del paciente. Si padeces esta patología te ayudará mucho saber en qué consiste, porqué se produce, conocer los tratamientos convencionales y qué te puede ofrecer la naturopatía respecto a la medicina convencional. Te explicaremos el abordaje y la visión de la enfermedad que tiene un naturópata para poder ayudarte.
Vía: clinicagastro.mx
¿Qué es?
La gastritis consiste en una inflamación de la mucosa de protege las paredes del estómago. Muchas veces, la debilidad o las lesiones en la barrera mucosa que protege la pared del estómago permiten que los jugos digestivos (que son muy ácidos) dañen e inflamen el revestimiento del estómago.
Existen varios tipos de gastritis (antral, atrófica, crónica no erosiva, enfisematosa, erosiva, flemonosa, fúndica, granulomatosa, hemorrágica, hipertrófica, hipertrófica gigante, infecciosa, linfocítica, por corrosivos, por Helicobacter pylori, por relujo alcalino, química o reactiva) pero nosotros, para que nos resulte más fácil, vamos a clasificarla en dos, aguda (dura sólo un periodo corto de tiempo) y crónica (puede durar meses o incluso años).
Los signos y síntomas más comunes de la gastritis son:
- Dolor o ardor (indigestión) en la parte superior del abdomen; pueden mejorar o empeorar cuando comes, aunque suele mejorar con la ingesta.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Sensación de saciedad en la parte superior del abdomen luego de haber comido.
Aunque no siempre la gastritis suele presentar este tipo de signos y síntomas, otras veces puede ser asintomática.
¿Cuáles son las causas?
La gastritis puede tener múltiples causas, pero nosotros nos vamos a centrar en las más comunes:
- Una hipersimpaticotonia o estados emocionales alterados (estrés y ansiedad).
La hipersimpaticotonia consiste en la exacerbación del sistema nervioso vegetativo, que es el encargado de realizar todas las funciones involuntarias de nuestro organismo que garantizan nuestra supervivencia. La simpaticotonía está diseñada para huir de un peligro inminente como un león, aumentando la producción de unas hormonas llamadas cortisol y adrenalina (nuestras hormonas que gestionan nuestra respuesta al estrés) para que lleven la sangre a los músculos, acelere el ritmo cardíaco, respiremos más rápido e inhiban la micción para que podamos salir corriendo. El problema viene cuando nos encontramos en este estado de trinchera durante un largo periodo de tiempo. Estas hormonas, debido a la acción del nervio vago, pueden producir problemas de motilidad, una alteración de la mucosa gástrica que puede acidificar más de lo debido el pH, inflamando la mucosa y provocando una gastritis.
Esta conexión del nervio vago con nuestro estómago la hemos podido sentir todos en algún momento de nuestra vida cuando, por ejemplo, nos han dado una mala noticia y se nos ha hecho un nudo en el estómago o hemos incluso llegado a vomitar del disgusto. Esto, es una somatización que ejerce el estómago a través del nervio vago, y que lo conecta directamente con el sistema nervioso. Por ello, debemos de tener muy en cuenta nuestro estado emocional y nuestra gestión del estrés cuando nos enfrentamos a una patología como la gastritis, debido a que puede ser la causa del problema.
– Hiperclorhidria:
La hiperclorhidria se produce cuando el pH estomacal (que ya es ácido de por sí, 3,5/4) se acidifica por encima de sus niveles normales. Esto se puede producir por varias razones:
- Una exacerbación del sistema nervioso vegetativo, es decir, una simpaticotonía (que hemos explicado en el párrafo anterior).
- El uso frecuente de algunos medicamentos analgésicos comunes como el ácido acetilsalicílico (aspirina), los AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) como el ibuprofeno, el diclofenaco, enantyum o naproxeno.
- Beber demasiado alcohol.
- El consumo de algunas sustancias corrosivas como, por ejemplo, algún tóxico irritante de la mucosa o veneno.
- Abuso en la ingesta de sustancias picantes.
– Hipoclorhidria:
Cuando los alimentos llegan al estómago, éste libera una sustancia llamada ácido clorhídrico (HCl), que tiene diversas funciones: apoya la función de la pepsina (enzima que digiere las proteínas), ayuda en la digestión de los polisacáridos (Hidratos de carbono) y colabora para mantener un medio lo más aséptico posible para protegernos de organismos patógenos. A su vez, los jugos gástricos apoyan el inicio de la liberación de la bilis (que va a digerir las grasas). Por lo que la correcta segregación de HCl es importantísima debido que es de los primeros eslabones que va a realizar el proceso digestivo, por lo que si este eslabón ya tiene problemas, afectará al resto del proceso digestivo pudiendo producir hinchazón, problemas de ritmo intestinal, intoxicación interna o sobrecarga hepatobiliar.
Esto, nos revela la importancia que tiene una buena segregación de HCl por parte del estómago, y cuando esto se produce de forma deficitaria (hipoclorhidria) puede estar causado por varios factores:
- El principal causante es nuestro amigo el estrés. Hace el proceso digestivo no sea algo prioritario, debido a que el organismo cree que estamos en continua huida o lucha (el organismo no distingue entre si te persigue un león o tienes problemas laborales o personales), lo que provoca que no podamos digerir bien los alimentos. La hiperclorhidria debida al estrés mantenida en el tiempo puede evolucionar en hipoclorhidria también.
- Un problema hipofisario puede debilitar la producción de HCl.
- El abuso de antiácidos (sal de frutas, almax o gaviscón) o inhibidores de la bomba de protones (omeoprazol) contrarrestan la acción del HCl, necesario para la digestión. Nos eliminará la acidez o el malestar estomacal pero mantenidos en el tiempo, tienen consecuencias negativas para nuestro organismo.
- Helicobacter pylori.
Esta famosa bacteria vive en nuestro estómago sin necesidad de presentar patología. Es una bacteria que se alberga en las paredes del estómago y forma parte de nosotros. Cuando hablamos de infección por H. pylori, significa que la bacteria a colonizado las paredes del estómago y produce patología gástrica, normalmente produce gastritis y si evoluciona en el tiempo puede ser la responsable de las úlceras gastroduodenales e incluso el cáncer de estómago (esta es la posible evolución de la infección, pero no hay de qué preocuparse, existen tratamientos eficaces para tratar la enfermedad y no llegar a estos puntos evolutivos).
La infección por H. pylori se produce debido a una hipoclorhidria, es decir, cuando el pH del estómago se alcaliniza. Estas bacterias están controladas cuando el pH del estómago es el adecuado, cuando sufre una alcalinización, las bacterias tienen un medio en el que pueden colonizar y provocar una infección, alterando e irritando la mucosa, provocando una inflamación de la misma e incluso llegando a irritar las paredes del estómago. Esto puede verse provocado por el abuso de medicamentos que alteren el pH del estómago, sustancias irritantes o estrés.
Vía: americatv.com
¿Cuál es el tratamiento que me ofrece mi médico?
Nuestro médico nos va a hacer una serie de pruebas clínicas para averiguar si la gastritis es causada por la presencia de Helicobacter pylori que en caso afirmativo, suele tratarse con al menos dos antibióticos diferentes a la vez, para ayudar a evitar que la bacteria desarrolle una resistencia a un antibiótico en particular (lo cual no siempre tiene éxito debido a la actual problemática que tenemos en nuestro país con la resistencia a los antibióticos) y medicamentos para inhibir el ácido, es decir, para abordar los síntoma como son los inhibidores de la bomba de protones omeoprazol, lansoprazol o pantoprazol. Siempre en caso de que no hubiera úlcera. Indiscriminadamente de cuál haya sido la causa que haya provocado la patología, por protocolo, se establecerá este tratamiento.
Estos medicamentos son eficaces para tratar la gastritis, pero de todos es sabido que tiene efectos secundarios y consecuencias negativas como:
- Omeprazol:
Puede aumentar el riesgo de infección gastrointestinal (Salmonella y Campylobacter). Reduce absorción de vit. B12. Riesgo de hipomagnesemia en tratamiento prolongado. A dosis altas y en tratamiento prolongado, aumenta el riesgo de fractura de cadera, muñeca y columna, sobre todo en ancianos o en presencia de otros factores de riesgo. Cefalea; dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, flatulencia, nauseas/vómitos; pólipos gástricos benignos.
- Antibióticos:
Diarrea, náuseas; erupciones cutáneas y barre la flora intestinal. Además, se ha identificado reacción a medicamentos con eosinofilia y síntomas sistémicos (DRESS).
¿Qué puede ofrecerme la naturopatía?
La naturopatía, como ya hemos explicado en otras ocasiones, trata al individuo como un todo íntegro y completo cuya conexión con las distintas partes que lo conforman y la relación que se establece entre ellas es indivisible y la alteración de algunas de ellas puede provocar problemas en otra. Es decir, si tengo una perturbación o alteración en mi mente, puede provocar alguna alteración a nivel físico manifestándose en una disfunción fisiológica como una gastritis, por ejemplo. O al revés, si tengo una lesión física por un traumatismo como puede ser una fractura en algún hueso, me puede causar, consecuencia de la inmovilidad o el impacto psicológico que tenga esa lesión para mí, una alteración en mi estado anímico y en mi psique. Pero hay más, el individuo está conformado por distintos planos y todos ellos, debido a su interrelación, pueden verse afectados entre sí. El individuo está conformado por los siguientes planos y sus entornos (que también nos afectan):
Este esquema que resume todos los elementos que nos conforman y que todos ya sabemos, dado que es algo obvio, nos ayuda a darnos cuenta de la cantidad de cosas que pueden influir en nuestra salud. Una situación familiar determinada nos puede afectar a nuestra salud, un traumatismo como una caída puede afectarnos a nuestra salud mental, una exposición a radiaciones electromagnéticas o tóxicos ambientales o incluso el estrés. Todo esto parece obvio, pero como has podido comprobar, los tratamientos convencionales no contemplan este tipo de cosas.
Y es aquí donde la naturopatía puede ayudarte. Contempla al individuo como un ser íntegro, que cuando aparece alguna enfermedad, se debe de contemplar cuáles han sido los desequilibrios que se han presentado, revisando todos los elementos que lo conforman y sus entornos para poder realmente ayudar al cliente y no poner un simple parche que trate sus síntomas, pero no su causa y ayudarte a recuperar el equilibrio.
Por ello, una simple gastritis, va a ser abordada de forma íntegra y se va a intentar averiguar la causa que ha provocado la patología para que no se vuelva a repetir. Por lo que el trabajo de un naturópata es averiguar cuál ha sido el desencadenante que ha provocado el desequilibrio, y por tanto la patología, y abordar a la vez los síntomas para que la persona sienta un alivio relativamente rápido.
Por lo que nuestro abordaje para una gastritis sería tratar la causa (depende del plano en el que se haya producido) e intentar aliviar los síntomas.
Como muy bien decía Ortega y Gasset “yo soy yo y mi circunstancia” por lo que, gracias a la elaboración de la anamnesis, intentaremos encontrar la causa del desequilibrio personal de cada uno y las circunstancias que rodean al individuo para intentar averiguar cuál ha sido la causa que ha provocado la gastritis. Sin embargo, vamos a tomar como ejemplo las causas más comunes que hemos expuesto arriba para hacernos una idea de cómo nos puede ayudar la naturopatía.
- Si la causa es un desequilibrio en el sistema nervioso por una simpaticotonía mantenida en el tiempo, el abordaje sería intentar regular la respuesta del sistema nervioso gracias a plantas que nos ayuden a relajarnos con propiedades ansiolíticas y sedantes. Existen varias plantas con estas propiedades, pero una de las más eficaces para regular el sistema nervioso vegetativo es la utilización de las yemas de la tila (Tilia tomentosa). El mecanismo de acción de la tila imita los mecanismos que siguen las benzodiacepinas y los agonistas de GABA, dirigiéndose a las sinapsis GABAérgicas del hipocampo e inhibir la excitabilidad de la red aumentando la fuerza de las salidas sinápticas inhibidoras. Por lo que los resultados de los estudios contribuyen a la utilización de sus yemas para ser utilizadas como ansiolítico y sedante muy eficaz.
De esta manera, podemos apoyarnos en los estudios para utilizar las yemas de la tila como sedante del sistema nervioso y abordar así nuestra gastritis si la causa fuera una simpaticotonía producida por un disgusto o el estrés y la ansiedad.
vía: foestryimages.org
- Si existiese una hiper o hipoclorhidria, habría que regular el pH que está en ambos casos descompensado. Por mucho antiácido o inhibidor de la bomba de protones que demos, si no regulamos el pH cuando está descompensado, sólo ponemos parches a la enfermedad. Nos interesa corregir el terreno por el que puede proliferar la enfermedad para que no se repita.
Esto lo hacemos con productos ya preparados que corrigen el pH que ofrecen los distintos laboratorios.
- Si la causa fuera por la infección por Helicobacter pylori, utilizaríamos terapia antibiótica natural con evidencia científica. Debido a la existe una necesidad urgente de desarrollar nuevos agentes terapéuticos contra las infecciones por H. pylori a causa de la resistencia que han desarrollado este tipo de bacterias frente a los antibióticos, podemos acudir a los aceites esenciales de orégano (Origanum vulgare) y la ajedrea (Satureja hortensis) que han sido estudiados por la ciencia para avalar su eficacia farmacológica frente a la erradicación de la Helicobacter pylori. Los estudios concluyen que la mezcla de estos dos aceites esenciales erradica en un 70% la bacteria por lo que esta mezcla tiene un gran potencial como agente terapéutico nuevo, eficaz y seguro contra H. pylori.
Vía: aceites-esenciales.org
Ahora bien, estamos hablando de que hay un daño en la mucosa, pues la naturopatía en su abordaje incluye la reparación de la mucosa para que vuelva a recuperar el equilibrio y para ello podemos utilizar varios elementos:
- Melena de león (Hericium erinaceus):
Los estudios que tenemos sobre este hongo nos avalan su uso terapéutico sobre la mucosa digestiva debido a que posee actividad gastroprotectora y sus mecanismos de acción están relacionados con la regulación de las secreciones gástricas, mejoras del estado antiinflamatorio y antioxidante, así como incrementos en la liberación de factores defensivos. Otro estudio nos muestra que sólo con la administración durante 2 semanas de malena de león, se muestra su potencial clínico para aliviar la inflamación del sistema digestivo mediante la regulación de la microbiota intestinal y el sistema inmunológico. Este estudio mostró su acción específica fue sobre a mejora las puntuaciones el índice de daño tisular en la mucosa, y disminuye las actividades de los patógenos. Los factores inflamatorios también se expresaron diferencialmente en la mucosa colónica con inflamación intestinal, incluidas las citocinas séricas, Foxp3 y la interleucina (IL) -10 que aumentaron mientras que NF-κB p65 y el factor de necrosis tumoral (TNF) -α disminuyeron (P <0.05), y Las células T se activaron (P <0,05). Esto nos demuestra su acción específica sobre el sistema inmunológico y la reparación de la mucosa.
vía: dieteticacentral.com
- Regaliz (Glycyrrihiza glabra):
Su riqueza en saponósidos triterpénicos (glicirrina) le otorgan su acción farmacológica impidiendo la adhesión de la helicobacter pylori al epitelio estomacal, es un potente bactericida y es ampliamente utilizado por su acción antiinflamatoria específica de la mucosa gástrica, por ello se encuentra en casi todos los preparados dirigidos a la protección de la mucosa estomacal. Tenemos a nuestra disposición un estudio en el que se comparó la actividad de un principio activo del regaliz (ácido 18β-glicirretínico) con la de los antibióticos para tratar la infección por Helicobacter pylori y los resultados arrojaron que no hubo diferencias significativas entre el grupo que tomo el extracto de regaliz y el grupo que tomó antibióticos por lo que debido a su potencial, nos plantea la utilización del extracto para su desarrollo como fármaco terapéutico.
- El aloe vera y el jugo de patata nos ofrecerán un alivio sintomático casi inmediato para la sensación de ardor si se produjese.
Como verás, la naturopatía puede ofrecer una solución efectiva y validada por la ciencia para solucionar un problema que afecta a mucha población y cada vez genera más cronicidad. Además, ofrece siempre un abordaje completo, íntegro y personalizado para garantizar su éxito e intentar que no se convierta en algo crónico o evolucione en patologías más peligrosas y difíciles.
Precaución: todas las opciones terapéuticas que aquí se presentan están dirigidas al abordaje de la gastritis por lo que pueden utilizarse sólo si ha sido diagnosticado de gastritis y bajo supervisión y control de un especialista como un naturópata o un médico. Algunas plantas tienen interacciones importantes con otros medicamentos, por lo que si está en tratamiento con el consumo de otros fármacos, debe consultar a un médico con conocimientos de farmacognosia o a un naturópata para que reciba un tratamiento adecuado a sus necesidades personales. Póngase siempre en manos de expertos.
Información elaborada por Elena Cerro, colaboradora de la Escuela Superior de Naturopatía del Grupo Thuban.
Unidad de naturopatía de la Clínica Thuban.