Estas ondas son emitidas por una sonda en contacto con la piel del paciente, las cuales penetran en el cuerpo hasta que llegan a una estructura rígida (hueso o material de osteosíntesis) que hace que reboten y regresen a la sonda.
En función de si hay mayor o menor dificultad en el paso o si el sonido cambia de dirección por las diferentes estructuras del cuerpo que atraviesa, el ordenador transformará esas ondas sonoras en imágenes que podremos ver en la pantalla. Es una prueba rápida, no invasiva e indolora por lo que no tiene ningún riesgo.