¿Qué es TAIEC?
Representa la abreviatura de la denominada: “Técnica de Abordaje Integral de la Estructura Corporal”. Técnica Terapéutica Manual desarrollada en base, a la internacionalmente conocida “Terapia Bowen”.
Técnica Manual no agresiva, ni invasiva, para poder dar a nuestro cuerpo, la posibilidad de eliminar esas tensiones que se traducen en dolor, molestia, incapacidad, disfunción y/o baja energía.
El desarrollo de esta técnica es el resultado de más 30 años de estudio y práctica, con diferentes técnicas manuales.
Historia y objetivos de la técnica Bowen
Tom Bowen, osteópata australiano, nunca llamó a su modo de trabajo Técnica ni Terapia Bowen, él simplemente realizaba una serie de “toques” o movimientos, en diferentes zonas del cuerpo y se producía lo que, algunas veces, se ha interpretado como curaciones/soluciones milagrosas. Bowen se presentaba como osteópata, pero nunca logró pasar las pruebas establecidas por las autoridades australianas, para registrarse como tal. A pesar de ello las autoridades le dejaron realizar su práctica pues no en balde, se cuenta que llegó a tratar hasta trece mil personas al año. Sus clientes no acudían más de dos o tres sesiones y ya se encontraban reconfortadas y/o aliviadas de sus dolencias. Si no era así les recomendaba que buscaran la actuación de otro profesional.
Nosotros tomamos la referencia de los protocolos, que sus adjuntos, aventajados, protocolarizaron a su muerte, siguiendo con sus enseñanzas y perfilando otras. Tom Bowen no dejó nada por escrito. Como sucede con otros grandes hombres, fueron sus discípulos los encargados de ello. Jesús no escribió los evangelios.
Existen, en la actualidad, muchas versiones de la Terapia o Técnica Bowen, pues insistimos, en que el original no existe, son todo copias de copias y actualizaciones, producto de la experiencia de cada profesional. Hay que partir de la premisa que Bowen mantenía: el cuerpo tiene la capacidad de autorregularse, dándole los estímulos oportunos, la información y el entorno adecuados.
En esta forma de trabajo se huye del intervencionismo de determinadas formas de terapia. El profesional se convierte en mero trasmisor, para permitir la modulación, el cambio.
No se trabaja con planteamientos clínicos ni médicos, dejando esta parcela a los profesionales de la salud. Trabajamos con la parte más humanista; el tacto, contacto, facilitación y acompañamiento.
Haciendo nuestra, la frase de Hipócrates, llegaremos a entender mejor esta forma de trabajo: “El médico es solo el ayudante de la naturaleza”.
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¿Qué tratamos con esta técnica?
La filosofía de esta forma de trabajo, se aleja de los planteamientos de diagnóstico – tratamiento – indicación – contraindicación, propia de las terapéuticas médicas. No hay indicaciones específicas. Ni contraindicaciones absolutas. La técnica estará indicada tanto en procesos estructurales, como orgánicos, así como estados anímicos, bloqueos emocionales, de ahí que es más que conveniente la necesidad que tiene el profesional, de poder controlar estas situaciones, para saber acompañar adecuadamente, incluso derivar a otros profesionales de la salud.
El enfoque en la Técnica Bowen dista mucho de otras formas de terapia más física en la que el profesional trata por todos los medios, que la persona salga de su consulta sin las molestias que ha referido.
En técnica Bowen tenemos que saber esperar y explicar, con todo detalle, que los cambios, como ya hemos comentado, se pueden manifestar a las horas o días siguientes. Aquí la voluntad del profesional no se impone al cliente. Hay que dejar actuar. “No es tanto hacer, como permitir que suceda”. Las reacciones a la técnica pueden ser tan variadas, como variados son sus receptores.
Lo que es muy habitual es que el receptor manifieste mucho cansancio a las horas siguientes de la sesión. Es una buena respuesta. El cuerpo manifiesta este cansancio, para que aprovechemos y desde este descanso, favorecer el contexto, para que el cuerpo propicie los cambios oportunos y restablecer aquella disfunción manifestada, de la que el mismo cuerpo ha tomado conciencia. De hecho, muchas veces, las personas refieren cambios, que no habían sido motivo de la consulta y que en principio, no formaban parte de la recogida de datos de la primera sesión. Esto es lo que conocemos por el efecto, “serendipity”, sorpresas o descubrimientos placenteros. Esto nos desvela, una vez más, que no es ni la técnica y ni el practicante, sino que ambos son los catalizadores del proceso, que ayudan a la naturaleza a realizar su trabajo. La técnica es el puente para facilitar el proceso de recuperación, alejado este planteamiento, de todo intervencionismo, tan habitual en otras disciplinas. No tratamos el síntoma, creamos el contexto adecuado para que el cuerpo reaccione. No trabajamos lo local, sino que lo hacemos de forma global. El cuerpo es una unidad psico-física.
Uno de los procedimientos, más exitosos es el trabajo sobre la ATM. Articulación Temporo Mandibular.
Recordar que nos relacionamos, principalmente, con dolores manifestados al movimiento y/o al esfuerzo, El dolor es una manifestación fisiológica de que algo no está funcionando. El dolor es consustancial al cuerpo humano. El sufrimiento es una elaboración, producto de nuestro sistema de creencias, hábitos, pensamientos y un largo etcétera que constituyen nuestra unidad psico-física-social.
CONSULTA ATENDIDA POR EL PROFESOR JOSÉ ANTONIO SUANCES
- Fundador de la Escuela de Técnicas Manuales de Grupo Thuban.
Más de 30 años de experiencia terapeutica y formativa en Quiromasaje, Drenaje Linfático Manual, Osteopatía, Vendaje Neuromuscular (Kinesiotapping) y TAIEC (Técnica Bowen).