La hipertensión arterial es una condición en la que la fuerza de la sangre contra las paredes de las arterias es demasiado alta, lo que provoca que el corazón tenga que trabajar más de lo normal para bombear la sangre, pudiendo dañar con el tiempo arterias y órganos como el corazón, los riñones, la retina y el cerebro. Normalmente, se considera hipertensión cuando los valores de presión arterial están por encima de 140/90 mmHg de manera regular. La presión arterial tiene dos mediciones principales:
Presión sistólica: Es la presión más alta y ocurre cuando el corazón se contrae para bombear la sangre a través de las arterias. Es el primer número que se menciona al medir la presión (por ejemplo, en 120/80, es el 120). Mide la fuerza con la que la sangre empuja contra las paredes de las arterias en cada latido.
Presión diastólica: Es la presión más baja y se mide cuando el corazón está en reposo entre latidos, llenándose de sangre. Es el segundo número en la lectura (en el ejemplo 120/80, es el 80). Refleja la resistencia de las arterias mientras el corazón está relajado.
Si bien, dentro de la Naturopatia, no sólo nos apoyamos a través de la conciencia de la práctica de ejercicio así como de trasladar cambios en la alimentación, sino que trabajamos también con plantas y sustancias naturales. Algunas de las más relevantes incluyen:
- Ajo (Allium sativum): Su compuesto activo, la alicina, ha demostrado tener efectos vasodilatadores y antihipertensivos. El ajo puede ayudar a mejorar la circulación y reducir la presión arterial sistólica y diastólica, según estudios controlados.
- Olivo (Olea europaea): Las hojas de olivo contienen oleuropeína, un polifenol con propiedades antioxidantes y antihipertensivas. Su capacidad para mejorar la función endotelial y dilatar los vasos sanguíneos ha sido respaldada por evidencia científica.
- Espino blanco (Crataegus monogyna): Utilizado tradicionalmente para apoyar la función cardiovascular, contiene flavonoides y procianidinas que ayudan a mejorar la circulación y a reducir la presión arterial mediante la vasodilatación.
- Hibisco (Hibiscus sabdariffa): Sus extractos han mostrado capacidad para disminuir la presión arterial gracias a sus propiedades diuréticas y su efecto sobre la relajación de los vasos sanguíneos. Estudios han confirmado que el consumo regular de té de hibisco puede ayudar a regular la presión arterial.
- Reishi (Ganoderma lucidum): Este hongo se utiliza en la medicina tradicional y se ha asociado con la reducción de la presión arterial, posiblemente debido a su efecto sobre la relajación vascular y el mejoramiento del perfil de lípidos en la sangre.
- L-arginina: Un aminoácido que actúa como precursor del óxido nítrico, una molécula que ayuda a relajar y dilatar los vasos sanguíneos, mejorando así la presión arterial y la circulación.
NB: Estas plantas y sustancias han sido reconocidas tanto en la farmacopea europea como en estudios clínicos por sus beneficios en el control de la hipertensión. No obstante, es fundamental que su uso sea supervisado por un profesional de la salud para evitar interacciones o efectos secundarios indeseados. Para más detalles y respaldo clínico, se recomienda consultar la Farmacopea Española o publicaciones científicas específicas sobre estos compuestos.
Vanesa Rodríguez Sánchez.